Punto de Vista, Reconocer no es Conformarse. El tema de hoy. La sensibilidad en proceso de extinción como los dinosaurios.
—. En uno de los últimos comentarios, Si me pierdo no me busquen .Como decía la integridad. Ahora se trata de la sensibilidad. En proceso de desaparición y sustituida por su contraparte, la insensibilidad que señores libremente por todos los espacios, convive con nosotros. El síndrome está presente en la bodega, la farmacia, en el área de espera de un policlínico y hasta de su hermano mayor, el hospital. En las oficinas de trámites, dentro de ellas las de adquirir un boleto para viajar, pero si es en la llamada lista de espera, es una pesadilla. No es que esté presente es que se trata de la protagonista. Es tangible porque es necesario adquirir productos o recibir un servicio. No importa cuál sea el costo, y no es solo el económico como —decía mi abuelo—, por los elementos y ahora entiendo que quería decir por las nubes como consecuencia de la inflación y el marcado desabastecimiento y otras secuelas de la escasez y las naturales manifestaciones de insensibilidad. El remedio para ese mal?. En el último tema publicado sobre controlar las riendas de tu deseo decía que no debemos esperar soluciones colectivas o decisiones gubernamentales para resolver nuestros problemas. El remedio para este síndrome no es la palabra del profeta o la buena voluntad y la esperanza, sin negar la esencia del artículo se escapa de nuestras manos la solución y salvar la necesaria sensibilidad. Las mil y una formas de manifestarse la insensibilidad ocasionan malestar y estimulan actitudes de inconformidad. De su significado podemos entender que va más allá de una complaciente aceptación para sumarnos a actuar y no ser cómplices de la mala atención, el irrespeto, la arrogancia la desidia y actitudes que proliferan en una cola en dependencias del gobierno donde se ha vivido y como comentaba una señora de avanzada edad; mire señor, ni el médico quiere oír lo que me siento...! Como se ha perdido la sonrisa tan reconfortante y el trato amable que hasta en ocasiones sustituye una solución. En el día a día la sensibilidad se agota, como el agua gota a gota, como cualquier otro artículo de alta demanda que sin importar usted sea de los primeros en la cola la respuesta inmediata es; puro, ya se acabó...! Ahí se queda la señora con el niño en brazos, el impedido con su andador. Pero al momento alguien aparece y le dice; tío yo tengo de eso a mil pesos. Puede ser desde un pan hasta un número para la compra de un artículo. Señorean las respuestas: — Ahora cuando pongan la luz a las cuatro, no abrimos, venga mañana, ahora se cayó la conexión, el sistema no funciona. Aparece la prepotencia del ejecutivo o como suelen decir algunos el directivo. Ahí viene el asociado individualismo.
Mire la
sensibilidad se encuentra ausente de las oficinas de funcionarios públicos y no
se alarme si le dicen que hasta de oficinas de “atención a la población”,
detrás del buró de información, donde es muy fácil que le respondan: mi niño,
nosotros no sabemos de eso, no han bajado las orientaciones de arriba. Ud mira
al techo y la oficina es de una sola planta. Puede ser que hasta sin mala
intención le mienten y le informan que el administrador o el gerente se encuentran
en una reunión en la empresa. Se desvanecen esperanzas a quienes esperan
decisiones aunque no trascendentes. Lo más que podemos pedir de favor es que
nos miren a los ojos y al alma de los otros, que detengan el jueguito del
celular, sabemos que a veces está a punto de ganar y llega ud y le da un buenos
días. No quiera saber lo que piensa la recepcionista por su inoportuno saludo.
La lista
donde la insensibilidad campea por su respeto es infinita. Solo les comento
una, doce del día en una parada no de ómnibus sino de lo que sea, el sol como
el de este y otros veranos, una señora con un niño en brazos y otro ayudando a
sostener los paquetes, el conductor del vehículo (estatal ) celular al oído
concentrado en el tema (puede ser sobre cualquier cosa , no pudo mirar, si está
la presencia de los llamados amarillos,(ahora azules), prende las luces, suelta
el volante y con la mano abierta en la señal de lleno. No se detiene. El niño o
la madre perdieron el turno. Ante la urgente necesidad del país en el orden
económico, productivo y social debemos rescatar los valores humanos. Que los
valores humanos. Que la sensibilidad no pertenezca a las especies extinguidas
como los dinosaurios. Yo sé que no depende de ti, de mí, de las leyes y de la autoridad.
¿Ud. tiene idea como salvar del estado crítico en que se encuentra la
sensibilidad?.
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