Lecturas para el alma, la meditación y la risa

Lecturas para el alma, la meditación y la risa
Por: José Francisco Martínez Ortiz

jueves, 16 de septiembre de 2021

Serie cuentos variados. Tanto tiempo y no lo sabía.!

 Punto de Vista. Reconocer no es conformarse. El cuento de hoy. Serie cuentos variados.

Por una de las numerosas sitierías del centro del país, un isleño a quien conocí tenía un inmenso cariño por los gatos, tanto era que cualquier animalito que encontrara abandonado en el camino real, guardarralla, callejón o trillo lo tomaba y hasta el rancho de guardar maíz no paraba. Ahí podía ver felinos de los más diversos colores compartir y además según él cumplían una función importante pues estaban atentos a evitar la presencia de las ratas y ratones en el improvisado almacén o en el rancho vara en tierra depósito de los instrumentos de trabajo desde los frontiles, el yugo para los bueyes hasta un par de hamacas de saco para la siesta del mediodía de los partidarios. Decía: — duerma tranquilo que por aquí no hay rata que aparezca a media legua.

 Alguien le había comentado sobre un gato elegante que había en la casa de un familiar en el pueblo, sobre el color, mansedumbre y convivencia con las personas, además— le decía—, mire ni maúlla.

—Caraj, mi amigo si me dice donde vive tu pariente, de que vaiga al pueblo, lo primero que voy a hacer es llegar a esa casa. Ofrecida la dirección verificó una y otra vez la forma de llegar donde el reconocido gato. No tardo mucho en que tomó la guarandinga de Antolín, isleño también y…,al pueblo. Ratificó la dirección con el chofer que conocía la familia donde vivía el gato.

 Cachimba con su correspondiente carga de picadura de su cosecha a la boca ansioso por en encontrar el objetivo, — hasta intención de ofrecerle hasta un puerco a cambio del prospecto. Después da algunas cuadras caminando y preguntando, al fin en una ventana enrejada de muro interior, el gato, presentía algo increíble, pero gato al fin, le esperaba la sorpresa de la vida, —según comentaba con la familia y vecinos de la sitiería. Una elegante señora acaricia al felino, no sabía cómo dirigirse a la elegante mujer orgullosa de su animal.

Decidido: Señora, he venido del campo a ver su animal, me han hablado mucho sobre el, se lo compro y pago bien. Eran muchos los deseos de venir hasta aquí y al fin estoy ante la dueña de ese animal que quiero tener. —Señor, me está enamorando así, de así? —No, no se confunda le hablo del gato ese, yo tengo varios allá en el campo, pero como ese tan lindo, ninguno. Ud me perdona por una pregunta que le voy a hacer, antes lo observa en detalles, lo serio, el color de los ojos, un collar al cuello, y sobre todo el abundante pelo y grosor del rabo. —Dígame mujer que clase de gato es ese o de qué raza?. —Mire amigo, ese gato es de Angora. Queda de momento pensativo. —Por qué usted lo sabe?, —sobre todo porque tiene el rabo gordo y peludo. — Quien me lo iba a decir, tanto tiempo siendo yo de ese lugar y no lo sabiaaaa.....!

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