Punto de Vista. El tema de hoy: Reordenamiento azucarero. Campanas con nuevos sonidos. Sin azúcar no hay país?.
Corte de caña. Foto tomada de internet. |
Manuel y
Musiño en sus andanzas por el reparto Canarias de Cabaiguán, desempolvan la
hemeroteca con el asunto. —.
—Musiño tu
que andabas buscando un puñaito de azúcar para el café, me dijeron que están
vendiendo la libra de azúcar blanca a 140.00 pesos, Petra compró 5 libras en
700.00. No sé si vas a comprar?.
—Estás loco
Manuel, casi la mitad de la chequera por un puñaito de azúcar. Aunque mira, la
raspadura para endulzar un paquetito de cinco barritas y chiquitas a cíen
pesos.
—Te
acuerdas cómo comentamos el otro día sobre una vieja canción de Clara y Mario,
por la década del 60, que decía:..quien se lo iba a imaginar...!
—Mira Musiño, yo tengo o tenía, porque la
última vez que supe de él vivía en Santa Clara y tenía 94 años, eso fue en noviembre de 2002 y
tú sabes dónde?—En una revista Bohemia, Año 94/No 24 del 29 de noviembre de
2002, ya hace 20 años.
El tema es El
reordenamiento azucarero. Campanas con nuevo sonido. En la página 25, el
trabajo se titula: Sin azúcar no hay país? Y mi primo decía: “Esto es una
locura” dijo a su hijo el viejo Machado, un azucarero de Santa Clara, con 94
años en sus costillas. Machado empezó cargando caña, luego fue carretonero y
más tarde camionero en cada zafra hasta jubilarse, por lo que no podía creer
que media industria azucarera cerrara para siempre. “Sin azúcar no hay país”,
gruñó. Para el anciano producir el polvo dulce es un asunto de honor, moral,
patriotismo. No olvida que el rostro de la personalidad cubana fue surcado por
los soles de los cañaverales, los olores empalagosos de los trapiches, el amor
furtivo que procreó el mestizaje criollo entre soportes de barracas de esclavos
y son y ron, azúcares del alma. Y el orgullo curtido por cuatro centurias en la
molienda.
—Ansina
mismo, así nos pasó a nosotros con el tabaco, la misma historia y hoy mira. —Llegó
la hora de cerrar definitivamente los centrales menos eficientes (2002), y
dispues otros eficientes y productivos, entre ellos el conocido de Guayos que
le decían “el reloj” y más reciente el coloso Uruguay de Jatibonico y otro
problema las tierras incapaces de aportar al menos 60 mil @ por caballería. “
Hay que amputar, diría un cirujano.”
—Así comenzó
un proceso de reordenamiento en el sector hace 8 meses (en 2002). Se determinó
que 70 centrales salían del juego en el ejercicio del quirófano. La lista no
daba con el billete al término de cada zafra.
—Así fue
Manuel, así es ahora lo que no da es la chequera pa’ comprar unas libritas de
azúcar, y ahora a veces hay problemas pa’ la de la cuota. Fíjate que tu primo
el viejo Machado trabajaba como un mulo en la zafra y ganaba al mes lo que
ahora piden por una librita de azúcar. ..Y no es que esté por la libre, sabes
cómo es el negocio?. Dice el artículo de la revista que aún la capacidad
productiva podía hacerlo con fuerza exportadora...! Ahora es cuando está bueno
el caguaso, ni un trozo de caña, pa colmo la están quemando, nos llenan de
pajuzas quemadas las casas, la cortan dos o tres días después y ya cuando llega
a Tuinucu, es esencia de vinagre.
—Ansina
Manuel, fíjate que ahora el gasto es más grande en combustible por ejemplo de
Fomento los camiones hasta Tuinucu, bolas de kilómetros y de un lugar al sur de
Sancti Spiritus, pero lejos Manuel, lejos como caballo igual. Y los centros de
Acopio o de limpia, desaparecieron , y el tiro en el tren, histórico ya no
forma parte del sistema.
—Mira,
siguiendo el tema de la revista, el resto de los ingenios marchan hacia nuevas
variantes empresariales garantizando el pleno empleo de los trabajadores
azucareros. Por su parte multitudes optaron por convertirse en estudiantes sin
perder su salarios.
— Que
barbaridad Manuel. Las campanas han cambiado su llamado, más no doblan con
luto.
—Mi
pregunta Manuel, por quién doblan las campanas ahora?
—Para mí
esto ha sido muy duro. Y hasta me ha quitao el sueño, comentó un hijo de
español nacido en el central “Hermanos Amejeiras”, de Placetas, echó toda su
vjda entre estos hierros hasta alcanzar el puesto de maestro de azúcar como
llaman con donaire los viejos al jefe de producción. Varios paisanos hicieron
esa función. Dos décadas después en los antiguos bateyes de los centrales
descontinuados las chimeneas se ven a distancia como monumentos nostálgicos sin
bañar con el olor a melao, el denso humo y el bagacillo los tejados de las
comunidades azucareras. Los vecinos no han podido sacarse esa espina clavada
que les sabe a muchacha que se fue. “Ha sido un golpe fuerte que cerrara el
ingenio”. La frase es repetida en cada batey” y en los poblados en que la
agricultura cañera era el sostén.
Ya el pito
del central, es lamento de nostalgias. —afirma el isleño Manuel—,mientras
recuerda a su primo el español Machado.
Así es su punto de vista. Y el de usted?