Lecturas para el alma, la meditación y la risa

Lecturas para el alma, la meditación y la risa
Por: José Francisco Martínez Ortiz

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Si me pierdo, no me busquen.

 Punto de Vista. Reconocer no es conformarse. El tema de hoy. Si me pierdo, no me busquen. -

 

Hace decenas de años, en lo que nombre adolescencia temprana y de la que conservo diversas reflexiones, consejos, refranes de uno de mis abuelos, cómo he señalado en Punto de Vista anteriores, les comento una de las tantas enseñanzas enseñanzas trasmitidas con mucha sapiencia. Me contaba haber leído hace algún tiempo un libro de Reflexiones para la vida, un pasaje versionado a su manera. Escucha— me decía— para que seas un hombre de bien, necesitas cambiar, no tanto como para dejar de ser quien eres, pero renovar de acuerdo a tu experiencia y ser íntegro. De esa manera semana tras semana en el recorrido hasta la finca, de la cual he escrito, siempre un nuevo y educativo consejo. Recuerdo se trataba de una reflexión dirigida a destacar el papel y la importancia de la honradez. Pobre pero honrado, —repetía— una y otra vez, cuida esa condición. En la marcha sobre las bestias en un recorrido a su decir de dos leguas, entonces aprendí la magnitud de esa distancia, unos cuatro kilómetros suficientes para una buena lección de moral y cívica. —Escucha, en el libro decía que habían establecido una conversación la Riqueza, la Ciencia, la Resignación y la Integridad. Cada una defendiendo su punto de vista. Si nos separamos como puede suceder debemos considerar un espacio un lugar donde podernos encontrar. Así que vamos a determinarlo: La riqueza fue la primera en puntualizar. — Me buscan en las propiedades de un millonario. Ahí estaré. — Por su parte la ciencia se adelanta a las demás y dijo: me buscan en la biblioteca y el laboratorio de un investigador. La resignación apurándose antes de que hablara la integridad afirmó: Mi lugar estará en la humilde casita de los viejitos que tanto han sufrido y viven sin esperanzas. Por su parte la integridad no se había apurado en hablar, dar a conocer dónde encontrarla, pensaba y pensaba.- —¿ Y tú, qué dices?—.

 Con voz firme y segura de su condición, replicó:— A mí, ¡quien me pierda que no me busque!.No podrá encontrarme. El abuelo quedó en silencio. — Entendiste el mensaje. Ya sabes mi nieto, quien pierde la honradez y la integridad ha perdido todo. Ahora más de 60 años después recuerdo esas reflexiones, escucho en las distancia los pasos de las bestias mezclados con el trino de esas pequeñas aves negras de los campos, que avisan cuando alguien se acerca con su inconfundible judio, judio, judio, en vuelos rasantes y torpes para desviar la intención y proteger a sus pichones.

Ahora cuando la integridad se ha separado de sus colegas, está difícil de encontrar en estos tiempos, está perdida y como expresó a sus contemporáneas: “No me busquen cuando me pierdan, con ella la honradez está escurridiza, extraviada. La Riqueza, la ciencia y la resignación continúan encontradas, clamando por la integridad. — La Habana , 7 de septiembre de 2022.

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