Punto de Vista.
El tema de hoy. Ese viento al que se la ha cantado hecho cine y motivo de
refranes.
Ese que de
niño al querer empinar un papalote nos hacía
correr y correr y no venía y nos molestaba por no poder disfrutar de tan
emotiva actividad, podemos llegar a la conclusión de que está ahí, está presente lo que ocurre es que para cada uno
representa o significa algo diferente,
de manera que ya, es viento y para todos igual, pero no.
Se me
ocurre, para el navegante es importante, para el pescador no tanto, para el turista es otra cosa, para el
ciclista enfrentarlo en una cuesta es un fenómeno y no sé si usted tendrá idea
de lo que es en un campo de caña de
azúcar quemada a punto de mediodía y se
aparezca una ráfaga de viento en remolino,
eso hace que sea maldecido. Ah,
pero si es a tu favor es bueno.
En los
campos para mover las aspas de los molinos de viento es una bendición, aunque en
otra ocasión traté el tema de la desaparición de esos molinos, y ahora que falta hacen.
Se dice que
no podemos controlarlo, aunque es
posible luchar contra él, o aceptarlo y aprovecharlo en nuestro favor.
A veces
enfrentamos vientos huracanados, hasta ciegos o sin razonar, pensamos de
momentos que podemos vencer, pero aún si lo hacemos sería una victoria poco real por lo que podemos perder en ese enfrentamiento. Nos ocurre como en el estado del tiempo. Conocemos el pronóstico, vemos las
señales, lo sentimos y lo vemos venir, rechazamos los consejos, no actuamos con
prudencia y no evitamos enfrentar la
tormenta.
Metafóricamente
le vamos para arriba, pero fíjese cerrar los ojos no evita tormentas.
En un Punto
de Vista comenté al respecto como actúa cada persona ante el viento, el optimista
ajusta las velas, el pesimista lo
maldice y el oportunista espera que
pase. En algunos momentos esperando que el viento sople a nuestro favor
y nos lleve a la dirección correcta es
bueno esperar que cambie su rumbo y nos facilite el recorrido.
Es posible
que alguien se enfrente a toda clase de fuerzas contrarias, es decir ir
contra el viento, y emprenda acciones
que no favorecen. No es conformarse pero muchas veces la mejor es esperar con paciencia a que el proceso se
desarrolle para lograrlo , porque violentarlo sería correr contra el viento, y
eso está demostrado no conduce a buenos
resultados.
Porque lo
que se intenta lograr a la fuerza puede romperse,
entonces se pierde en el intento, saber
apreciar el rumbo comprender que
no siempre el camino es liso y llano. Será mejor llegar a la meta aunque sea un poco más tarde, aunque tengamos
que hacer rodeos, desvíos que violentar
situaciones, solo usted sabe si ajusta las velas, maldice el viento o se pone a esperar que
cambie.