Lecturas para el alma, la meditación y la risa

Lecturas para el alma, la meditación y la risa
Por: José Francisco Martínez Ortiz

martes, 8 de junio de 2021

Reconocer no es conformarse. Parte XIV

 Competitividad. 

Al decir del popular músico, Faustino Oramas, conocido como”el  Guayabero”, rey del doble sentido, entre sus obras se encuentra Santa palabra. En la contemporaneidad eso resulta la competitividad.  No puede ser la representación de buena voluntad los mejores deseos y una meta a la que se arriba por obra y gracia de hacerla ver como necesaria, en estos momentos imprescindibles para empujar el carro de la economía. El conocimiento y organización de las  formas  productivas  se erige por encima de los hombres por separado.  Razón suficiente para entender que la  competitividad no es solo la capacidad para el mejoramiento de la innovación y conocimiento de prácticas novedosas que conducen a resultado tangible de ese concepto en cualquier actividad deportiva, cultural y productiva  sobre todo. En filosofía es frecuente fundamentar que “las contradicciones son la base del desarrollo “… si fuera solo eso no se puede dudar estaríamos en un nivel muy avanzado, no lo cree?.                                    

Ahora debe entenderse la competitividad como la capacidad para sostener, diversificar y extender la participación en los mercados tanto nacional como internacional y con ello elevar el nivel de vida  de la sociedad. Mire, no es posible entender este concepto, idea y necesidad a la vez sino está en función e incorporada al bienestar de la población. Eficiencia y  eficacia como componentes de la competitividad resultan elementos claves para el desarrollo económico y con ello social, no pueden concebirse de otro modo.  Ser  competitivos define la equidad sin ello solo beneficiaría fines económicos y no sociales, de la misma manera el desarrollo de la equidad es una condición para llevar adelante la competitividad. Puede o no estar de acuerdo de no estarlo no estará equivocado al fin “Santa palabra” Entonces el desarrollo de las fuerzas productivas demandan entre otras cosas relaciones de cooperación, avances del conocimiento científico y tecnológico y más que voluntad política, los recursos y medios con un eficiente control. Cuando esos componentes se diluyen en acciones colaterales puede pensar  que no se concreten los resultados de  la necesaria competitividad, ya lo había dicho Faustino Oramas en Guayabero.

Últimos articulos

Puedes intentar escribir.