Punto de Vista. El tema de hoy sobre las andanzas de Manuel y Musiño por el reparto Canarias de Cabaiguán. De nuevo desempolvando la hemeroteca.”No hay, pero yo tengo”. Artículo de la revista Bohemia,año 97/No 8. de La Columna. Página 36.
Talled de reparaciones de electrodomesticos. Foto tomada de internet. |
—Manuel,
vengo ahora del taller de servicios que fui a llevar la olla arrocera que tiene
problemas y me dijeron, no hay la pieza, pero si quien tiene...!
—Mira
Musiño, no te extrañes eso no es de ahora, como te comenté hace unos días, eso
es viejo y como nosotros viejos también y no tenemos solución...!
—No me
digas Manuel, y por qué tú lo sabes?
—Te lo muestro
ahora mi socio, mira esta revista Bohemia, la compré cuando eran a peso y todas
las semanas, es del día 15 de abril de 2005, el mes que viene cumple 18 años y
ya ese tema estaba en ambiente, fíjate si el asunto “viene de atrás. —En lugar
de decir; yo sé quien tiene, es más claro, cuando se criticaban esas cosas..!
Dice la revista: No hay, pero yo tengo.
Pues parece
ser que ahora el alambre de cobre, ese usado para enrollar motores, crece
silvestre en los jardines y parcelas como la verdolaga. No queda otra cosa que
pensar luego de escuchar a un trabajador de esos establecimientos dedicados a
arreglar equipos electrodomésticos:” Aquí no damos ese servicio, pero yo se lo
puedo hacer; le cuesta 10 chavitos nada más”.
Nada más?
Ya es lamentable cuando los particulares, esos que pagan impuestos y tienen su
tallercito, cobran sumas similares por enrollar el motor de mi batidora, qué
decir entonces de quienes burlando él fisco, lucran desde las propias entidades
estatales, aprovechando las posibilidades que les da su propio trabajo, por el
cual ya devengan un salario?.
Y la
indignación sube de quilates al reflexionar que estos señores no cultivan el
alambre de cobre en sus jardines, lo roban de algún almacén o taller, mediando
una larga cadena de ilegalidades y descontroles, que reposa impune tras el
ofrecimiento del técnico. Para colmo, además, lo hacen como si estuvieran
tirándote un cabo, haciéndote el gran favor. Aún cuando el “favor” lo anuncian
con voz casi susurrante, el fenómeno es conocido. Con diferentes rostros, asoma
lo mismo cuando llamas para arreglar una lavadora, llevar el televisor o la
grabadora. “No hay, pero yo tengo.”
La
convocatoria es a tensar cuerdas contra la corrupción, contra las ilegalidades,
que a veces son toleradas y hasta saludadas amigablemente, cuando decides
comulgar con lo incorrecto, para no quedarte sin batidora. Muchos motivos
justifican este llamado: esas reparaciones clandestinas, además, se hacen con
materiales salidos de las propias arcas estatales, cuya alimentación las
posibilitan las contribuciones, el trabajo del pueblo.
—Verdad
Manuel, fíjate, eso nació mal, ese árbol nació torcido, se cumple el refrán que
dice; “árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza”. Y nos dicen que
ahora, que patatín, que patatán, que la pandemia, que si el bloqueo, en
definitiva las cosas las hay. Existen, el Estado las tiene. Y hay un jefe en el
taller, en el almacén, en la empresa, y en el, y él. Y estructuras como dicen los
que saben.
—Mira,
ahora mismo, los problemas con la harina afectan la elaboración del pan de la
cuota, anoche mismo llegó el pan a la Juventud y muchos viejos, yo incluido no
fui a buscarlo por no salir de noche, pero un vecino compró hoy temprano un pancito
suave, chiquito de esos de tres pesos a $100, pero tú y yo no podemos, no
trajeron la leche. Y, bueno...
—Si Musiño, pero el pan está a teleras en
todos los puntos particulares, es verdad a $180 la bolsa con no sé si 6 u 8
panes de bola chiquito. O la galleta a $130 unas galletitas. No llegan a 20. Y
pizzas las que tú quieras, pero los más baratos y del tamaño de una peseta de
40 quilos que existió una vez a $60 y hasta mucho más de $100,
—La suerte
que a mí me dan acidez...! Y no hay harina.
—Con qué
las hacen?..,
—Como dice
el artículo de la Bohemia. “No hay, pero yo tengo”.
—Bueno
Musiño, dejemos el tema pa’ otro día, ya está oscuro, para seguir leyendo y
parece que la corriente va a demorar.
—Trata de
no pasar por donde Pancho Garafiano, porque te va a decir que tú inventaste
eso.