Lecturas para el alma, la meditación y la risa

Lecturas para el alma, la meditación y la risa
Por: José Francisco Martínez Ortiz

jueves, 16 de diciembre de 2021

Quitando la piedra, se quita el tropezón.

Punto de vista. Reconocer no es conformarse. En lugar del cuento de hoy, les propongo un comentario.

Hace algunos años, escuché lo que puede ser una frase para pensar o un refrán, de momento me llegó a la mente y a partir de ahí conformé el comentario, en cuestión se trata de:..”Quitando la piedra, se quita el tropezón.” Quien puede negar no sea así, lo que ocurre es que dicho así es fácil, pero...En el transcurso de la vida a todos se nos presentan situaciones y decisiones que tomar o cambios que enfrentar. Nos damos cuenta de que las “cosas” cómo están no pueden seguir, es posible que haya situaciones de las que nos tengamos que hacer cargo, es ahí donde nos toca probar nuestra capacidad y fortaleza para seguir adelante y continuar el camino de manera diferente a como lo venimos haciendo. Conscientes o no lo que vivimos y de manera especial como lo vivimos desde lo más insignificante hasta lo de más complejidad se debe a nuestras creencias, formas de pensar confianza en sí mismo que nos conducen a hacer frente a los hechos o aceptar la realidad, dejar que otros decidan por nosotros o tal vez esperando que el tiempo decida por sí solo.

Sea cual sea y por lo que fuere, solo depende de nosotros la manera de encarar lo que está sucediendo. Es por ello que precisamente toma importancia el ser cada vez más consciente de cómo pensamos, actuamos y decidimos haciéndonos responsables de las consecuencias y resultados ya que de nuestra conducta depende que nos podamos sentir mejor o peor. Nosotros, usted y yo, debemos decidir ante cada hecho, elegir las vías y formas para enfrentarnos, en fin dese cuenta que a cada momento debemos estar decidiendo. —No le parece? Cuántas veces se ha dado cuenta de qué hay cosas que ya no funcionan?, puede ser un proyecto, un trabajo, una relación y no obstante seguimos ahí estancados inconformes, disgustados por no tomar una decisión y promover el cambio. Pudiera ser por costumbre, por no salir de la zona de comodidad, por temor, falta de confianza, complacer o priorizar necesidades de otros, aceptar lo conocido y no correr el riesgo por alcanzar o lograr que la “cosa” fuera como nos gustaría o nos proporcionara más satisfacción.

Hace algunos días traté el tema sobre no dejar para después lo que debe ser hoy. De no ser consecuente con nuestros pensamientos terminamos causándonos mucho daño, manteniendo por más tiempo lo que ya no nos aporta nada, le sugiero que le escriba una carta al miedo, y le diga para que quiero tener lo que nada me va a aportar.

Está la posibilidad de pensar que estamos ante situaciones complejas y difíciles y no hay otra opción, las aceptamos y nos ponemos en posición de tolerancia y lo mejor que podemos hacer es sentirnos vulnerables y sin voluntad para transformarlas, actitud esa, aunque nos cueste entenderla es producto también de nuestra decisión, la de permanecer en el lugar y quedarnos en el sitio y en las condiciones que nos provocan insatisfacción.

Ante situaciones críticas, podemos optar cómo aceptarlas, con amor, conformidad, como aprendizaje, como tragedia y que solo nos queda el padecimiento. Lo que pretendo demostrarle es que todo, lo positivo o negativo, lo favorable o no, podemos enfrentarlo de formas diferentes, siempre hay más de una opción, lo que resulta significativo y no pierda de vista.

 No obstante como dice el refrán, “Quitando la piedra, se quita el tropezón “, esencia de Lecciones de Filosofía.


Últimos articulos

Puedes intentar escribir.