Punto de Vista. Reconocer no es conformarse. El cuento de hoy. De la serie Cuentos variados. - Lo que no entiendo es por qué lo entiendo. Hay una frase anónima de un isleño que dice: ”No es la cachimba la que tumba la bemba sino la constancia “. Y se dice que una gota y otra gota abre un hueco en una roca”. Hoy Punto de Vista le ofrece un cuento que ilustra ambas frases. La salida del pueblo hacia la ciudad cabecera provincial, no faltan personas de todas las edades, de ambos sexos y diferentes oficios que se sitúan junto a la carretera para coger una botella. Dentro de ellas una joven con uniforme de un centro politécnico, extiende el brazo, con el objetivo de llegar a tiempo a clases.
El auto se detiene, el conductor viaja solo,
—Buenos días, “chofe”, me pude llevar.
-Si,
cierre bien y póngase el cinturón. —Gracias—. La música con canciones de
Roberto Carlos se deja escuchar, precisamente esa que dice; “dos
amores”....tarararara. De momento no hay comentarios, el conductor con más de
dos decenas de años que la joven, puede ser su padre. —Bonita canción y un tema
interesante, —No le parece?. Si tiene un mensaje, responde a secas el
conductor.
—Usted
tiene experiencia sobre eso?.
—Buena
pregunta.-
—Compañero,
usted viaja diario, lo veo pasar y casi siempre acompañado, hoy es cuando único
he tenido la suerte de viajar solo.
— Así es,
hay amigos que los llevo pero no tengo horario fijo y a veces voy a otro lugar
y no me gusta hacer compromisos. Con el que tengo basta.
— Que pena,
yo que tengo que ir día tras día al Politécnico.A veces llego tarde, la botella
está de madre, otras veces por el niño me atraso, necesito un transporte estable.
No hay
respuesta, el hombre ha sido claro.
—Va por la
circunvalación?.
–Sí, paso
por ahí.
—Me hace el
favor me deja ahí, gracias.
—Regresa
por la tarde a la hora de siempre?.
— A veces.
-Pudiera ir
con usted, si lo considera déjeme un ladito.
—A qué hora
termina las clases?.
—Ya a las
tres estoy esperando carros, ahí enfrente. —ok—.
Unos
minutos después de la hora, la señal el auto se detiene.
—Lo estaba
esperando, sabía que vendría.
-No, confié
en eso, le dije que no puedo hacer compromiso. Hoy fue posible, debo regresar
más tarde, a veces de noche tengo actividad.....
—Lo hace
frecuente?, si...!
—Ay
compañero, yo debo venir a prácticas de estudio en ese horario y no puedo casi
nunca, tal vez me pudiera ayudar. En el transcurso dos personas más abordaron
el vehículo. La joven hace un gesto de desaprobación. —Las dos viajeras se
quedaron a la entrada del pueblo. El auto se dirige hacia la casa del
conductor, se detiene para que la joven baje. No lo hace en el momento, queda
pensando. Pudiera acercarse a donde vivo, mi esposo está allá, no llegue pero
conozca el lugar. Dicha la dirección, está bien, aprovecho a ver alguien que
vive en esa zona.
Próximo a
la vivienda el auto se detiene, la joven baja, y chao, nos vemos.
Un día y
otro día, la gota que perfora la roca. Ya no es solo el viaje diario, la
presencia en el centro de trabajo, la compañía a otros lugares, la constancia
de la cachimba. En uno de esos días, la señal de la botella, lo que la joven ha
considerado su asiento, está ocupado, más otro viajero en la parte posterior,
el auto no se detiene. Al siguiente día fue posible. Una mujer en el asiento de
alante y otra persona atrás. Los temas de conversación variados, el conductor
habla poco, la joven nada. Ya al llegar al destino, se han quedado dos de los
viajeros.
—Ayer me
dejaste botada, venías acompañado, me imagino por quien.
—Si mí
esposa. Viene conmigo algunas veces.
—No te
preocupes, debías enseñarme quien es, sabré comportarme, debo saber que tienes dueña...entiendo
que no quieras que te vean conmigo, entiendo que no quieras ponerle nombre a
esta relación, lo que no entiendo es por qué lo entiendo!—no tengo celos con tu
esposa, no perdonaría que tengas otra relación, ahora veo que como dice la
canción, “dos amores”. Recuerdas que el primer día que me diste botella estaba
puesta esa canción, te pregunté si tenía experiencia con eso y quedaste
callado.
Cierto, se
cumple lo dicho por el isleño, no es las cachimba quien tumba la bemba, sino la
constancia...!