El respeto principio de la convivencia.

Punto de Vista. El tema de hoy. El respeto principio de la convivencia.

 

Hoy les comento sobre un asunto de actualidad, de la vida cotidiana. El principio básico de la  convivencia  es el respeto, un  aspecto que tiene su sustento  en una de las cosas más difíciles por las que atraviesan las relaciones  humanas,  digamos tolerancia, adaptación  y aceptación  de las diferencias.

Las relaciones interpersonales  constituyen un elemento esencial  dentro de  la cotidianeidad. La forma en que se realicen  define en gran medida la posibilidad  de que las personas  puedan sentirse en la necesaria zona de confort, como es frecuente en la actualidad nombrar  al bienestar.

Entonces debemos preguntarnos, qué es la convivencia.  Desde   la óptica académica se define como. Un tipo particular de vínculo entre los seres humanos que se da en condiciones  de cercanía geográfica. La palabra convivencia  tiene reconocidos dos sentidos, el primero  es convivir, vivir en conjunto, el segundo, con vivencia , con sensación , con percepción de algo.  De ahí que sus efectos  los más y los menos buenos, se perciban sobre todo  con aquellos seres más inmediatos a nosotros.

Sin embargo, residir con otras personas  en un mismo edificio, el mismo poblado o barrio, la misma ciudad  aunque no las conozcamos , no las miremos, no nos hablemos  producen un impacto en nosotros  y sus acciones nos afectan  tanto positiva como de forma negativa.

Nos preguntamos, y de qué manera se produce ese efecto. Ahí aparecen las  actitudes  sociales, sin dudas  aunque nos resulten distantes.  De manera  que  es un fenómeno  abarcador  del cual es imposible  escapar.

Están  la falta de atención a nuestras  necesidades, las limitaciones  de los recursos tecnológicos,  la  persistente burocracia en estos tiempos,  la insensibilidad  presente en la esfera del mercado, buscar beneficios y ventajas económicas  con la escasez de productos  básicos, y los no tantos, la forma en  acedemos  a los medios de transporte y otros  en el día a día.

De manera  que el  asunto de la convivencia se complejiza  en  circunstancias  en las que  condiciones y causas que la  generan  no se resuelven por la voluntad política.