Sobre la vejez o lo viejo podemos encontrarnos frases, refranes, crónicas, artículos variados, análisis estadísticos diversas obras literarias, obras de arte y filmografía, ahora vamos a refranear. Entre muchos podemos mencionar algunos de los más conocidos como: A caballo viejo, caballo nuevo. Caballo viejo no aprende trote nuevo. Más sabe el diablo por viejo, que por diablo. El que no oye consejo no llega a viejo. Burro viejo, mal tira. El viejo por no poder, y el mozo por no saber dejan las cosas perder. Del viejo, el consejo. Mientras más viejo el vino, mejor.
Tomaremos
para tallerear el que dice:”Barco viejo, mal navega“. Refrán con un infinito abanico de
interpretaciones y aplicaciones en todas las esferas de la vida. Sin desconocer
el valor de la vejez y la afirmación de que la vejez puede ser mala, peor es no poder llegar a ella. Al caso;
metafóricamente “barco” como fenómeno o cosa en el plano económico, social o
político puede. Incluirse en este análisis. Los años pueden lastrar la eficacia
y la eficiencia, se pierde la capacidad de generar, la resistencia de la
Juventud, la fuerza, habilidad y destreza. Se convierte en riesgo por la
fragilidad del tiempo, la estructura se muestra endeble, la madera se pudre, el
metal se corroe y la navegación se torna en peligro. Procesos sociales no tan
añejos han mal navegado y perdido el rumbo, la brújula se ha oxidado y han desaparecido en
el mar de la historia. Queda demostrada la validez de “Caballo viejo, no
aprende trote nuevo “le es imposible tomar un nuevo paso, lo que equivale a
decir cambiar a algo nuevo. Sería algo así como pedir peras al olmo.