Punto de Vista. Reconocer no es conformarse. Nuevas Greguerías.
23-. El
mito: Lo debemos entender como una narración por medio de la cual el hombre
primitivo explicaba o interpretaba de manera fantástica su vínculo con la
naturaleza y la realidad en que se desenvolvía. Es un reflejo de lo histórico
en el pensamiento humano, lo traduce en personificación espiritual de los
dioses.
24-.
Leyenda: De cierta manera esta palabra tiene punto de contacto con el término
griego mito, del que hablamos anteriormente, ambos se refieren a un relato que
por tradición se trasmite. Aclarar que la leyenda no es necesariamente creación
del hombre primitivo; lo podemos identificar como hecho o explicación
fantástica de cualquier época o acontecimiento trascendente y perdurable.
25-. Me
contaba un pescador, que nunca le ha sido fácil dar muerte a un pez encima del
bote, ante cada golpe la embarcación se balancea, amenaza con voltearse. El momento se le presenta peligroso, necesita
fuerza y lucidez. Si comienza a golpear a diestra y siniestra el bote se vira,
puede caer al agua y convertirse en alimento para los hambrientos tiburones.
Pero si no golpea de modo fuerte y preciso la presa se escapa. Me decía—
siempre se está entre la vida y la muerte. O voy a parar a las fauces de un
tiburón o tengo algunas libras de pescado fresco. El momento paradójico, el
duro golpe del remo se incrusta en la cabeza y fractura el duro hueso mientras
el bote se tambalea, los tiburones merodean debajo del piso. El reto y triunfa
la sabiduría.
26-. Ahora
regreso con una fábula. “La zorra que se fingió muerta” (de El libro de Patroneo).
Una zorra entró en un corral de gallinas y tanto se entretuvo en agarrarlas,
que lo sorprendió el día y cuando quiso salir ya andaban las gentes por las
calles.
Cuando la
zorra comprendió que no se podía esconder salió del gallinero y se fingió
muerta. Las gentes la veían tumbada e inmóvil y no le hacían caso, pensaban que
estaba muerta, pero al cabo de un rato, se detuvo un hombre ante ella y dijo:-No
hay nada mejor que poner a un niño en el entrecejo unos pelos de la frente de
una zorra, para librarlo del mal de ojos y arrancó de la frentes de la zorra
unos pelos.
Llegó
después otro hombre y dijo algo parecido de los pelos del lomo y le arrancó un
puñado de pelo. Luego se detuvo otro y dijo lo milagroso que eran los pelos de
los ijares...Y tantos pelos le arrancaron unos y otros que la dejaron casi
pelada. Sin embargo la zorra no se movió, pensaba que podía pasar bien sin
pelo.
Un poco después llegó otro hombre y dijo que
la uña del pulgar de la zorra era muy buena para curar uñeros. Y le arrancó una
uña.
Luego otro
hombre dijo que el colmillo de la zorra era bueno o para el dolor de muelas y
se la arrancó. Y la zorra ni se movió. Después se acercó otro hombre que dijo
que el corazón de la zorra era muy bueno para los males del corazón, y echó mano
al cuchillo para abrirle el pecho. Y cuando vio la zorra que le querían sacar
el corazón, sin el no podría vivir, comprendió que cualquier cosa era
preferible a estarse quieta, dio un salto y salió corriendo. Moraleja, “las
cosas leves, pueden pasarse si no se pueden evitar“ u otras enseñanzas que
usted puede encontrar.
(Esta
fábula no pertenece a las versiones de Punto de Vista anteriores, y como
siempre les digo, no coincidir con estos Puntos de Vista no es estar
equivocado.
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