Es imposible que en
algún momento no haya sido necesario esperar, porque en ocasiones la vida nos impone tener que
esperar por cualquier circunstancia, y en la vida cotidiana es parte de todo lo debemos gestionar sin importar
el asunto, nada que tenga que ver con urgencia
por cuanto hasta en esas condiciones no
es posible aspirar será rápida la solución.
Debemos ser pacientes
y esperar el tiempo en dependencia de quien nos debe prestar el servicio, por
cuanto le corresponde y a nosotros nos
toca la peor parte es decir resistir
para alcanzar el propósito, no importa la necesidad, casi siempre por algo importante.
No escapa de este
fenómeno ninguna actividad y el tiempo perdido en las gestiones es
irrecuperable y hasta algunas veces después
de un tiempo nada despreciable, puede
al llegar su turno que lo sorprenda el producto se acabó, la persona que
debía atenderlo se le presentó un problema o un imprevisto, el cajero o la caja
registradora se quedó sin conexión, o
tal vez una interrupción o un apagón.
En tal caso
aparece lo que en un Punto de Vista hace
algún tiempo comenté, sobre la respuesta más frecuente, mi tío o mi abuelo, dese alguna vueltecita más tarde,
o venga mañana, sin saber dónde usted
vive, las dificultades para llegar hasta ahí, o si en el Registro Civil,
en la Oficoda, en el Registro de direcciones están esperando por el sello en el distante correo el que si es en la ciudad
debe esperar al menos dos horas para tomar el ómnibus.
Debemos aprender a
lidiar con esas circunstancias para poder manejarlas. Es preciso que no deje
llevarse por el deseo de salir a las
gestiones y aprovechar y resolver tal vez más de un asunto si lo posible puede ser que ni el
básico resuelva.
Una incompatibilidad
entre las expectativas entre lo que
deseas y lo posible le puede crear un
conflicto y conducir al estrés, es el
momento de reflexionar y tomar decisiones. Porque lo que casi seguro es
imposible es evitar la ansiedad que
supone una espera.
Permítete escuchar
consejos, buscar alternativas, aunque la más cerca y útil es la de
aprender a esperar.
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