Punto de vista. Reconocer no es conformarse. El cuento de hoy. De la serie Cuentos variados.
Por allá por los años 50 del pasado siglo, un señor tenía 5 hijas hembras y un pedazo de tierra para cultivar, necesitaba al menos un varón para cuando no pudiera trabajar la tierra. La mujer ya estaba negada a continuar pariendo. Un amigo le dice: mira yo conozco un isleño que de dos partos la mujer le parió cuatro varones y además en el sitio tenía una vaca que tenía dos terneros machos de una vez.
—Tienes que decirme dónde es que vive ese
semental, —le pide la dirección al hombre y a su busca. Pregunta por la sitiería,
dónde es que vive el isleño que hace parir macho. Así busca y busca y le dicen,
ese hombre tiene un sitio por el Purial o el Troncón. Hasta allá se fue,
encuentra al hombre en la vega, con los brazos cargados con la hoja llenando un
cuje. —Oiga amigo, cómo lo he buscado. —usted es el dueño de la vaca que parió
jimagua y machos.—, pues que si compay, y además esos cuatro troncos de
pichones de isleño, me los parió Anselma de dos veces. —por eso lo busco...—yo
tengo 5 chicas de cinco partos y la vieja está negada a buscar un macho que
necesito. Y que usted quiere. ? Le hago un negocio. Yo me quedo con su mujer
una noche, y usted se va pa’ mi casa una semana y me preña la mía y resolvemos
los dos. —El isleño deposita en el cuje, las recién cortadas hojas, se acerca
al visitante: —Compadre, he visto gente depravada, pero más que usted hay que
parirlo...!
Oye
Beltrán, en la emisora local están convocando a un concurso “buscando el
decimista y repentista de la noche”. — Allá voy, a inscribirme.—. Llegó la hora
de la competencia, el hombre comienza a decir prosas jocosas, el ganador se
elige por aplausos. Después los demás competidores, buenos todos, repentistas
de calidad. Al fin Beltrán resulta ganador. Al día siguiente en sus trajines,
llega a una casa en el campo. El dueño de lo conocía, la mujer no. —Señora,
usted oye el programa de los poetas?. — los oía hasta ayer, que un loco, dijo
una pila de boberías, y el muy descarao ganó. El hombre ríe a carcajadas.
—mujer, que honor para nosotros aquí tenemos al ganador del concurso de
ayer...Apenada la mujer se dirigió a la cocina y no salió a conocer al
visitante...!
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