Punto de vista. Reconocer no es conformarse. El cuento de hoy, de la serie cuentos variados. Con “misooo”-
María es muy educada, para pasar o
interrumpir, siempre pide permiso...pero no espera que se lo den. Como ella se
cuentan miles cada día, en cualquier lugar y circunstancias, cuántas personas consideran
estar autorizadas con solo decir la palabra mágica, lo mismo te empujan sin
compasión, te dejan con la palabra en la boca o te cortan una conversación en
su mejor momento. No se ha fijado cuántas personas después de pronunciar el
referido vocabulario, a veces hasta a medias lo mismo te quitan el periódico o
el libro de la mano, te envían el cigarro al suelo y ni se disculpan. Les
nombro ladrones del permiso, secuestradores de las buenas costumbres. Si les
recuerdas que han pedido permiso pero no se lo has concedido, verás como ponen
la cara de ofendidos como si les fuera imposible escuchar lo que perfecto has
dicho.
Algunos ni
se toman el tiempo en pronunciar correctamente y es como si llamaran al gato,
“miso”, “miso” y siguen hacia donde van, lo mismo al fondo del ómnibus, que
dando un mochilaso o un codazo en la cabeza, y a más de una señora la han
dejado con la cartera colgando, espectáculo propio del transporte público, en una
cola en aceras congestionadas o el descenso de una escalera, tras el “miso”
viene el atropello.
Y si una voz protesta, “mijito suaveeee”, se
defienden sintiéndose libres de culpas, “usted no me oyó que dije permiso
señora?”. Y, si, la señora lo había escuchado pero no sabía que era el paso de
un huracán el que venía.
Me contaron
la historia de alguien que llevaba dos días ensayando para pedir un dinero
prestado a un compañero de trabajo y cuando logró llevarlo aparte, le había
hablado de los gastos que había tenido, que la mujer se había antojado de un no
sé que, ya lo tenía al borde de llorar por tantos problemas y ya le iba a
soplar el disparo, cuando justo en ese momento llegó otro compañero, se metió
en medio, dijo “permiso” y con no sé qué excusa, se llevó al interpelado junto
con los pesos que le iban a pedir.
Decir en voz baja o gritar a voz en cuello
“permiso” parece como otras cosas de actualidad un acto vacío, sin sentido, un
simple formalismo para dar créditos a la mala educación. Porque, qué es si no
lo aquí descrito y otras tantas vivencias que usted podrá agregar?. Al menos en
esta tierra, que al decir del Almirante Cristobal Colón, “es la más bella que
ojos humanos han visto...”.
Algunos
alegan se trata para justificar que es la rapidez con que hoy se vive, a las
urgencias que están a la espera y la orden del día, razón que puede ser válida
mientras usted no sea el atropellado o el interrumpido. Entonces los argumentos
hasta ese momento, el doliente los sustituye-en el mejor de los casos- por una
exclamación salida del mismo centro del...disgusto: Que desconsideración
caballeros, se ha perdido el respeto...!
Si coincide
con este Punto de Vista, comparta y si le es posible, opine.
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