Lecturas para el alma, la meditación y la risa

Lecturas para el alma, la meditación y la risa
Por: José Francisco Martínez Ortiz

sábado, 13 de noviembre de 2021

De piqueras y paradas.

 Punto de vista. Reconocer no es conformarse. El Cuento de hoy. De la serie Cuentos Variados. - De piqueras y paradas.

—Voy Ciego...! Ahhhh pues mire, vire, el hospital queda pa’ allá. Con ese tema les cuento otras situaciones vividas en esos lugares.

—Con uno me voy, La Larga, la Redonda, La Pela...La Prueba... (nota: Poblados de Sancti Spíritus)

—Señor, la curva de Isidro?...No lo que tengo es escoliosis... 

—Señora, pa,Jarahueca. ! Eso será su madre...

—El último pa,Jaruco. Mi amor, parece que no hay otro...!

En la cola para Banao. La fila organizada de uno en fondo. El inspector aclara:..hasta el Pinto...el hombre que sigue detrás del albino responde; chofe uno más no importa, no me deje aquí.

—Vieja, pa Tuna?...más patuna será su suegra.

—Señora, Menese:..No sea fresco hombre, eso solo me lo puede decir mi marido.

El ómnibus se detiene en la parada, el conductor pide cinco viajeros, al subir el último va a cerrar la puerta. Una persona intenta abordar el carro. —matanza señor...! —Me sirve, voy para Jaguey...

El inspector de los conocidos “amarillos “, que ahora visten de azul, detiene el vehículo; en la cola varías personas.

-          Chofe, cuántos?

-          Hasta Esperanza mi socio.

-          Gracias amigo, de dónde me conoce, responde una señora desde la cola, yo voy para Sopimpa.

La mujer hace señas al vehículo que se acerca, se detiene:

-          Oiga llega hasta el Guasimal?,

-          No, hasta las moringas del entronque.

El chofer detiene el vehículo justo al lado de la mujer que va por el callejón,

-           abre la puerta: suba ...,

-           hasta dónde?...

-          hasta el entronque.

El ómnibus local de la ruta 2, se detiene en la parada, es el mediodía y muchas personas esperan, se abren las dos puertas, algunos se dirigen a la puerta de atrás y otros a la de alante, dos amigas viajan juntas, una de ellas casi no supo cómo la subieron, la otra queda abajo, se impresiona al verse sola, corre a la puerta de alante y la cierran, se dirige a la de atrás, el momento es tenso, desde el fondo del carro, la amiga desesperada grita:

-          Chofe abre atrás.! El chofer molesto…

-          Por fin? Por alante o por atrás?.

-          Por donde quieras mi hijito, lo que hace falta es que no me la dejes afuera...!

Anécdotas como estas ocurren diariamente en piqueras y paradas.

La monjita  espera  algo en  la salida de Cardenas a Varadero, el conductor del vehículo  se detiene junto a ella:

-          Santa Marta ?.

-          No,  soy Sor  Ángela.              

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